Una nata montada perfecta.
He de admitir que la decoración pastelera no es mi fuerte. Vamos, no sé si lo es porque nunca me he puesto a practicarla, pero por lo poquito que he hecho no puedo decir lo contrario.
Aún así, lo de la nata montada es un reto que me había puesto desde que me plantee una de las primeras tartas que hice que se salían de mis clásicas Tartas de Queso que tanto me pide mi hermana Carmela. He hecho mil pruebas: con leche en polvo, con gelatinas de todos tipos, azúcar normal, glaçè, invertido… Y al final he encontrado la combinación que más me convence.
De sabor queda perfecta y la consistencia queda suave pero a la vez compacta, aguantando incluso dos días en condiciones ideales.
Aquí este truco de la Mamma, espero que os sea útil como lo fue para mi en los Roscones de Reyes que rellené.
Si queréis utilizar la preparación de base para hacer una trufa también os servirá, sólo tendréis que añadirle dos cucharadas de cacao en polvo y un poco más de azúcar.