Una historia de Carne Guisada
Había algo de camaleónico entre los tacones de Jen y su camisa de andar por casa, una camisa blanca, ancha y suelta que le gustaba ponerse cuando aterrizaba de vuelta a su pequeña ciudad. No era por desperdiciar lo grande, ya que los labios color carmín y sus cabellos rubios recogidos en un moño le parecían una mezcla del todo acertada para las comidas de sushi informal y los platos más sofisticados de la élite de la capital. Tenía, por obligación, un par de almuerzos semanales con socios de todas partes del mundo y así, aprovechaba para degustar los platos más en boca y los cócteles más refinados. Cuando llegaba el fin de semana le gustaba mantenerse dos centímetros por encima del suelo y cambiaba el cuchillo y el tenedor por unas suaves hmaburguesas o pizzas para comer en el momento, incluso sentándose con las piernas cruzadas en medio de la plaza de San Ildefonso; sí que podía embucharse en sus queridos vaqueros raídos entonces.
Pero anhelaba el olor de la cocina de casa, de los baldosines azules que acompañaban los guisos de su abuela, de las mañanas en la huerta y las tardes ordeñando el ganado; recordando un resolillo que su familia se había empeñado en que no era para ella. Iba de pasada, como siempre. Desde que se marchó a Inglaterra, sus paseos por las calles de piedra habían sido puntuales y efímeros, pero su reencuentro con la cuchara, aunque se hacía esperar, llenaba de olor su corazón hasta la próxima escapada.
-¿Ya te vas? – le preguntó su madre nada más ella apoyar la maleta en el recibidor de la casa de campo, erguida sobre largas vigas de madera antigua.
-Me están esperando, seguro – le contestó Jen dándole un beso en la mejilla. Salió disparada bajando las escaleras, ya con su atuendo de guerra preparado. Recorrió las pequeñas callejuelas del pueblo de piedra, desierto a esas horas, para llegar al río. Abrió la pequeña puerta roja, recorrió los geranios y se encontró con un par de mariquitas por el camino. El hedor de la carne en la lumbre se podía intuir desde la entrada, acompañado por el pan que el abuelo acababa de hornear en la piedra. Allí, efectivamente, esperaba su guiso; ese que ella había pedido cada cumpleaños y que por mucho que intentase nunca lograba que saliese tal cual aquella señora de mirada entrañable y pelo cano bordaba. Un tenedor de plata sobre una servilleta de lino perfectamente doblada y unos minutos de gloria para reponer fuerza y recordar qué es estar en casa.
Esta es otra de las historias de una chica rubia como Jen, podréis encontrar más en Migas de Locura.
Y así, sin más, es como presento esta carne guisada. Como la hacen en casa, a ojo, rica-rica. Todo ello va dedicado a Carmen de Recetas de Tía Alía, para su concurso por su primer año. Una mujer de lo más tierna: ¿Cómo me iba a olvidar? ¡He vuelto al pueblo por ti!
GUISO DE CARNE de la ABUELA
Ingredientes (aproximadamente):
-1 kilo de carne de morcillo troceada y bien limpita.
-Aceite de Oliva Virgen Extra
-2 cebollas
-2 dientes de ajo
-3 cucharadas soperas (Tbs) de tomate triturado (si es casero tipo passata mejor)
-Vino blanco
-Perejil
-Una cucharadita (ts) de pimentón dulce
-Sal y Pimienta
-Caldo de Carne o Agua
Preparación:
- Se sella la carne con un poco de aceite a fuego fuertecito.
- Apartamos la carne y en ese aceite sofreimos 2 cebollas cortaditas en juliana.
- Cuando la cebolla ya casi está transparente en un mortero machacamos dos dientes de ajo con perejil y una gotina de sal y lo añadimos a la cebolla.
- Regamos con una cucharadita de pimentón dulce y un chorreón generoso de vino blanco.
- Dejamos que evapore un poco el vino e incorporamos 3 cucharadas soperas de tomate triturado y sazonamos con pimienta y sal al gusto.
- Ahora incorporamos al carne al guiso y el caldo (o agua) hasta que la cubra justita. Dejamos a fuego bajo por lo menos una hora y media o dos, hasta que la carne esté blandita y jugosita, si vemos que se nos ha evaporado la salsa y la carne no está blanda todavía agregamos más líquido y continuamos la cocción.
Esta carne tan tierna y con arroz, madre mia…
Nani
que buena entrada y la historia tambien, ah se me olvidó como le dicen a mariquita en Portugués…. lo buscaré en un comentario y te lo puedo decir, en argentino una vaquita de San Antonio, a que tambien es curioso????
¿Que si me gusta? Uf, pues no es que me guste, es que me encanta. Este tipo de receta es un clásico en mi casa. Mi madre la hace cada vez que hay reunión familiar (con sus variaciones ¡claro!). Mi hermano y yo siempre bromeamos sobre el tema «haciendo apuestas! sobre el menú que caerá tal día o tal otro. Es genial. Me encanta que hayas presentado esta receta con tanta solera.
La historia es preciosa. Tienes una manera de narrar muy bonita. Enganchas con tus palabras y uno se va enredando sin darse cuenta en ellas . Da gusto leerte.
Muchas gracias por participar en mi concurso. A ver qué opina el resto del «jurado»…yo me lo imagino !!!
Bss y buenas noches 🙂
Me has cautivado con la historia…y ese broche de oro del final «recordar qué es estar en casa».
La carne…una delicia. Una receta de auténtico lujo, de las de siempre, de las de casa.
Esta carne tiene que estar de vicio!
Besos
Que historia más bonitas y qué forma más entrañable de contarla!! Si casi suelto la lágrima!!
Me has recordado muchas cosas, momentos puntuales de mi niñez y esa carne guisada es una de ellas!! Tiene que estar de locura, me recuerda a la de mi madre aunque ella le añade papas picadas!!
Besos guapa!!
Una receta con tan linda introduccion no puede mas que ser deliciosa! Muy linda entrada. Besitos
Muy rica la carne y que tiernecita tiene que quedar y jugosa y se me está haciendo la boca agua, jejeje.
Besos!!
Hola! Te delvolvemos la visita, y por supuesto hemos venido al olor de esta pedazo receta 🙂 Que pintaza tiene esta carne!!
mmm… RICO RICO!
A este paso la operacion biquini se nos va de las manos!! jaja
Creo que nos quedaremos por aqui como seguidores, que este blog es precioso, y tiene unas recetas sin despedicio! 🙂
Besazos!
Buen guiso y preciosa historia!
A ver si me animo y la cocino un día, se ve deliciosa mmm
Un beso
Qué rico se ve ese guisito!! Un beso,
Menuda pintaza tiene el guiso de la abuela!
Me lo imagino en mi mesa con patatas fritas y los niños comiendo sin rechistar, me lo llevo.
Besos.
Una historia preciosa y un quiso de carne que quita el sentido.
Besitos
Qué rica receta y qué bien el cuento…
Saludos
Delicioso guiso, como me gustan estos sabores de toda la vida que me transportan a mi infancia…
Por un momento yo he sido Jen, sentada en la mesa saboreando este delicioso plato, con unos vaqueros y un sencilla camiseta, también con el pelo recogido, casi casi puedo oler este manjar…besitos bella
Un guiso exquisito, la carne parece que se deshaga en la boca.
Un abrazo
Madre mía, eres una escritora excepcional (además de una gran cocinera). Hs cocinado como me gusta, como toda la vida, a ojo. Bs
¿Qué quieres que te diga? Hoy me ha gustado todo: la entrada, la receta, las fotos…TODO. Mientras la leía yo también me he visto bajando por esas escaleras, recorriendo esas calles de piedra, degustando ese delicioso guiso. Un besazo.
cosicasdulces.blogspot.com
que relato tan lindo! y la carne guisada estupenda ! que rica, un besito.
Qué rico se ve, la carne suavecita y sabrosa.
Este platillo se llama «spezzatino» en Italia y queda muy bien también con guisantes (o chicharos como dicen mis compadres mexicanos) en la salsa.
Lástima que me quedes tan lejos Miss, si no me auto-invitaría a comer 🙂
Ciao!
Joder, qué joyita….
Qué chula la historia…. qué bueno que hayas rescatado esta fabulosa receta. La carne guisada así me vuelve loca!
Besos.
Un relato precioso y esa carne se tiene que deshacer en la boca.
Un besito
aixs…. que rico tomarse un buen plato calentito con esa carne tan sabrosa..
Jolines… hace nada que acabo de comer y sólo ver ese guiso me ha entrado un apetito inmenso!!! Qué jugosidad!!!
Esto se lo hago a mi colega y me come a besos, le encanta la carne guisada…el morcillo que parte es???
beeesos
Qué historia más bonita y qué guiso, madre mía, delicioso. Besos
Buenísima la receta, mi madre hace algo parecido. La historia genial. Besos
Tiene una pinta extraordinaria, jugosita y de guisito de abuela.Me encanta este concurso de Carmen, porque nos ha premitido bucear en nuestros recuerdos, ayer escribiendo mi entrada se me escapó más de una lagrimilla!!!
No como casi nunca carne, pero de verdad que se ve delicioso, con el arroz imperdible.
Un beso y suerte en el concurso!
umhhhhhhhhhhhhhhhhhh que buena
Qué historia más bonita y qué bien la has narrado.
El guiso es delicioso, se ve la carne tan tierna y con una salsa fantástica para disfrutar con un buen pan. Te quedó buenísimo. Mucha suerte en el concurso.
Un saludo.
Me encanta la carne ccuando queda como la de tu carne, esa que la tocas y se deshace…
Besos. Recetasdemama
Esta receta tiene una pinta… ¡la carne guisada me gusta un montón!
No creo que tarde en probarla…
Un abrazo!!
Aurélie
Qué deliciosa la carne así guisada, me encantaría meter el tenedor
Pues tiene que estar riquísima, y que sencillita.
Un abrazo
Pero Clara, tú te has propuesto ganar todos los concursos de la blogosfera? Me encantó el relato señorita Migas, y el guiso me lo llevo!
Un besito de domingo!
pues tiene un pinta buenisisma y no parece complicado no?jeje..muchas gracias por animarte a pasar por mi blog=)
besitos guapa y buen domingo=)
Siempre se está deseando volver al punto de partida, al calor del hogar …..por muy lejos que nos lleven las circunstancias el corazón viaja por su cuenta y este tipo de platos siempre son especiales.
Me ha encantado, suerte en el concurso.
Besinos.
Clara, tus palabras, la forma de hilarlas para dar cuerpo a la narración de tu entrada me han sorprendido muy, muy gratamente. Desconocía estos dotes narrativos tuyos, así que me temo que voy a tener que detenerme en tu otro blog para deleitarme con tus narraciones. Y es que ya me queda la duda de si Jen se dará media vuelta o se irá. Es que le olor de un buen guiso … ¡Como el de tu abuela! Coincidimos las dos en una propuesta que viene de generaciones atrás. Ricas no, ri-quí-si-mas.
Suerte y un beso gordo!!
Me encantan los guisos desde niña, y con tu aderezo de palabras hiladas maravillosas me quita el sentido. Una joya de blog!!! Un besazaso enorme.